jueves, 20 de octubre de 2016

Proyecto Lucio Fulci (VII): Uno strano tipo (1963)





Con Adriano Celentano, Claudia Mori, Donatella Turri, Luigi Pavese, Carlo Campanini , Giacomo Furia, Gianni Agus , Rosalba Neri , Franco Giacobini, Raffaella De Carolis, Antonella Murgia, Mario Brega, Renato Terra, Marco Morandi, Anna Maria Surdo, Nino Di Napoli, Nunzia Fumo, Don Backy, Miky Del Prete, Memo Dittongo, Nino Taranto y Erminio Macario.


Adriano Celentano y su banda musical (I Ribelli) viajan a Amalfi. Adriano quiere ir allí para descansar con su novia, pero su representante tiene otros planes para él: quiere que actúe en el hotel donde se alojan. Una vez llegan a esta turística villa, comprueban que todos los lugareños tratan con un inusitado desprecio al cantante, que queda desconcertado ante esta actitud. La respuesta está en que un tunante se aprovecha del parecido que guarda un pobre desgraciado con el roquero para hacerse pasar por él. Y, en Amalfi, dejó hace tiempo a una joven embarazada.

 Claudia Mori

A partir de esta premisa, se suceden los equívocos y las confusiones entre un personaje y su sosías, lo que crea unas situaciones de enredo en ocasiones bastante divertidas.

 Adriano Celentano por partida doble
Fue producida por Giovanni Addessi, que pretendía prorrogar anteriores éxitos musicales como Ragazzi del Juke-Box (1959) y Urlatori alla sbarra (1960). Esta cinta, no obstante, supone la tercera y última colaboración de Fulci con el cantante Adriano Celentano. De hecho, esta es la postrera comedia musical que realizaría el realizador romano. Hay que recordar que Celentano debutó en el cine de la mano de Fulci, a instancias de Piero Vivarelli. El cantante todavía tendría que madurar sus dotes interpretativas, pero esta película resulta un doble tour de force para él: por una parte, supone su primer papel protagonista, ya que sus anteriores actuaciones habían tenido lugar en películas corales; y por otro, tiene que interpretar un doble papel: el de un cantante llamado Adriano Celentano, que corresponde en buena parte a su persona, pero que en otros aspectos es totalmente ficticio; y el de una caricatura simiesca del anterior, para lo cual toma prestados muchos recursos de Jerry Lewis, aunque con desigual fortuna. 

 Luigi Pavese y Donatella Turri

También supone la despedida de un actor hasta entonces habitual en la filmografía de Fulci, como es Giacomo Furia, al que no recuperaría hasta 1980. 
El elenco es bastante apreciable, con cómicos veteranos de la talla de Erminio Macario o Nino Taranto, el gran Luigi Pavese y un elenco femenino ciertamente atractivo, con Claudia Mori, la guapa Donatella Turri, retirada prematuramente, o la estupenda Rosalba Neri, en un papel demasiado pequeño y que, desgraciadamente, no volveríamos a ver en ningun otro largometraje de Fulci.
La película cuenta entre el reparto, por razones meramente publicitarias, con Raffaella de Carolis, Miss Italia 1962, y Antonella Murgia, Bella d’Italia 1962.

 
 Carlo Campanini y Celentano
Hay que destacar que durante el rodaje de esta película, Celentano y Claudia Mori se enamoraron. Un año más tarde se casarían. El cantante ocultó todo lo concerniente a esta relación a la que era su novia por entonces, la cantante y única fémina del Clan Celentano, Milena Cantù, que al enterarse por la prensa del matrimonio, dijo con ironía: “Creo que somos todavía novios, nunca me ha dicho adiós”[1].Como curiosidad, comentar que este idilio enfrió la relación del cantante con su habitual colaborador Don Backy, que no congeniaba con Claudia Mori.

Donatella Turri entre Giacomo Furia y Luigi Pavese 
Uno de los momentos más destacados de la cinta tiene lugar durante la actuación en el hotel que debía ser realizada por Celentano, pero en su lugar aparece su doble, incapaz de cantar cualquier cosa mínimamente audible. Su cómplice de fechorías intenta resolver el problema mediante el play-back. Así, encontramos al seudocantante gestualizando mientras suena la canción. El primer obstáculo lo encuentra cuando la canción finaliza con un fundido, y vemos a nuestro protagonista reaccionando como puede. Pero después, el disco es reproducido a más revoluciones por minuto de las que toca, con lo que el truco es descubierto finalmente por el público (resulta surrealista ver como los músicos continúan interpretando como si nada ocurriera). También sorprende que en una de las canciones suene un acordeón sin que ninguno de los músicos toque dicho instrumento.

 Nunzia Fumo y Claudia Mori
Por otro lado, resulta bastante menos gracioso toda la historia que tiene como protagonista al bebé que Claudia Mori le endosa al Celentano verdadero. Se mire como se mire, no resulta gracioso intentar deshacerse de un bebé de unos pocos meses. Ni aunque después, indefectiblemente, vuelva a manos del cantante (a su pesar) intentando resultar humorístico. No, no resulta cómico abandonar a un bebé. Ni intentar darle licores y puros. Un bajón en el desarrollo de la historia.

 Rosalba Neri y Gianni Agus
Encontramos también algunos errores infantiles en el guión, obra de Fulci y el veterano Vittorio Metz, que ya habían coincidido en Totò all'inferno (Camillo Mastrocinque, 1955) y volverían a colaborar con posterioridad. Así, por ejemplo, encontramos una escena en la que dos personajes se tienen que encontrar sí o sí en las escalinatas de la catedral de Amalfi y, sin embargo, uno de ellos desaparece misteriosamente, con lo que el encuentro no se produce.

 Celentano y Nino Taranto
Celentano canta varias de sus canciones más famosas. Entre ellas, su célebre Pregherò, versión del Stand by me de Ben. E. King, pero con una letra muy pía. A pesar de la popularidad del cantante, no funcionó demasiado bien en taquilla.

Al parecer, existen algunas copias en las que la última escena, rodada en Capri, aparece en color.

En definitiva, una comedia pasablemente divertida, que pierde ritmo conforme avanza el metraje, quizá demasiado largo, pero que no decepcionará a los admiradores de Celentano y de sus espasmos a los que él llama bailes. Un punto y aparte en la carrera de Fulci, que abandona definitivamente sus aventuras con el rock’n’roll para dedicarse exclusivamente a la comedia, género que tardaría en abandonar bastantes años. Aún le faltaban muchos  para que se convirtiera en el director de culto que hoy es.

 Celentano y Erminio Macario



¿Sabías que…?
Claudia Mori no quería rodar esta película. Fue gracias a la insistencia de su hermana, gran admiradora de Celentano, que finalmente la interpretó.


[1] GARGANO, Pietro, Ciao, amore, ciao. Vele Bianchi Editori. 2007.