jueves, 16 de diciembre de 2010

20.000 dólares por un cadáver (José María Zabalza, 1970)


Con Mike Rivers [Miguel de la Riva], Dyanik Zurakowska, José Truchado, Guillermo Méndez, Fernando Sánchez Polack, José Marcos, Enrique Navarro, Juan Cortés, Javier Rivera, César García, Ricardo Costa , Ramón Lillo y Carlos Lucas (n.a.).

Escribía C. Murillo en el diario ABC: “Mi dilecto amigo José María Zabalza, director de cine, dramaturgo y personaje absolutamente barojiano, está rodando tres películas a la vez. Esta noticia la acabo de leer en los diarios, y no me ha sorprendido en absoluto. En primer lugar, porque tratándose de Zabalza no me sorprende absolutamente nada. Y en segundo, porque la cosa no es nueva. La idea estaba en embrión pero existía. Prácticamente, esto se hacía ya.

Dyanik Zurakowska y Fernando Sánchez Polack.

El procedimiento –ingeniosísimo- de Zabalza consiste en rodar simultáneamente tres films de ambiente muy parecido –concretamente tres “westerns”-. Ha escrito tres guiones y los rueda con casi los mismos intérpretes, aprovechando para las tres películas los mismos escenarios, naturales o no. Él lleva sus tres películas en la cabeza, y la dificultad no pasa de ahí; de jornada intensiva y buena memoria para tres libretos. De otra manera la hazaña hubiera sido imposible; nadie posee el don de la ubicuidad; nadie puede –rodar un solo film ya es agotador- trasladarse a distintos platós o a distintos exteriores en el mismo día para tres cintas de ambiente distinto.

Michael Rivers, Dyanik Zurakowska y Fernando Sánchez Polack.

Así que este aprovechamiento de unos intérpretes, y, fundamentalmente, de unos decorados, ya se hacía en el cine hace tiempo, y sobre todo, ha sido, desde siempre, la tónica imperante en la producción de films para televisión”. (17-10-1969)

José Truchado.

Los susodichos tres westerns son “Plomo sobre Dallas”, “Los rebeldes de Arizona” y esta “Veinte mil dólares por un cadáver” que vamos a tratar.

¿Qué clase de solitario es este?

La película comienza con la muerte de un asaltante en casa de una pareja de granjeros. Una escena de juzgado de guardia, por cierto. La mujer se va a socorrer al ladrón y deja a su marido en el suelo malherido para hacer caer al espectador en el engaño. Él comunica el suceso al sheriff del pueblo y resulta que el asaltante era un peligroso bandolero que atentaba contínuamente contra las obras del ferrocarril, lo que lleva aparejada una recompensa de veinte mil dólares. Pero al regresar a casa el granjero con la retribución, lo primero que le sucede es que se la roban.

El atrevimiento de Zabalza al dirigir tres películas simultáneamente es notable, pero por desgracia, los resultados son del todo desalentadores. Ninguna de ellas merece otra cosa que no sea el olvido. En efecto, hay escenas que se repiten en dos o en las tres películas, como la quema del rancho; y la actriz Dyanik Zurakowska lleva el mismo vestido que en “Los rebeldes de Arizona”. Todo eso se nota y casi siempre para mal, pues el montaje es sencillamente atroz. Ora la banda de facinerosos está en lo alto de un risco ora está asaltando una diligencia en una llanura. Toda una acumulación de insensateces que acaba por despistar al espectador, que finalmente ya no sabe a qué atenerse: los personajes aparecen y desaparecen por arte de magia, quien crees que es el actor principal pierde protagonismo a mitad de metraje, se suceden larguísimas escenas de tiros y disparos, planos y contraplanos que no tienen nada que ver...

En pro del realizador se ha de decir que apenas hace uso del zoom, tan en boga por entonces (de pensar en los westerns de Sergio Garrone ya me entran mareos). Es más, uno de ellos lo utiliza para abrir el campo en un extrañamente largo plano-secuencia que denota cierto oficio. la dirección de Zabalza es más funcional, pues si no es necesario mover la cámara, no lo hace. También extraña que ruede escenas nocturnas, cuando lo habitual en estos casos era hacer uso de la noche americana.

Dyanik Zurakowska.

El reparto también es muy flojo en general. Solo la dulce Dyanik Zurakowska parece esforzarse algo en parecer un personaje real (¡qué bien sufría esta mujer!). Michael Rivers, que no se trata de Miguel Ríos, sino de Miguel de la Riva, está espantoso. Solo recita, sin poner en movimiento ningún músculo de su cuerpo. José Truchado interpreta al ruín de la función. Entre el resto, destacar la profesionalidad de los veteranos José Marco y Fernando Sánchez Polack.

De la música también hay que hablar, porque es de un ridículo indescriptible. Más que de una película del Oeste parece pertenecer a una película infantil ambientada en un circo o una feria. Viene firmada por Ana Satrova, cuyos créditos musicales siempre vienen asociados a la filmografía de Zabalza. Que alguien me corrija si no es así, pero creo que se trataba de su esposa.

¿Sabías que…?

Todavía iría más lejos el realizador irunés en 1972: rodó “El retorno de los vampiros” en tan sólo 24 horas. Cuando le preguntaron si creía que hacer eso era serio, respondió lacónicamente: “Bueno, yo todo lo que hago, lo hago por divertirme”. Todo un personaje.

2 comentarios:

MarioBava dijo...

Que preciosa era Dyanik Zurakowska.

Dr. Hichcock dijo...

No será la última vez que la vea por aquí. ¿Qué habrá sido de ella?