viernes, 24 de agosto de 2007

LÈVRES DE SANG (JEAN ROLLIN, 1975)






Con Jean-Loup Philippe, Annie Brilland, Nathalie Perrey, Martine Grimaud, Catherine Castel, Marie-Pierre Castel, Hélène Maguin, Anita Berglund, Claudine Beccarie, Béatrice Harnois, Sylvia Bourdon, Mireille Dargent, Paul Bisciglia, Willy Braque, Julien Etchevery, Jean-Jacques Birgé y Serge Rollin.

El cine de Jean Rollin me parece casi siempre fascinante. Rollin es un Autor con mayúsculas. Sus películas tienen un estilo fácilmente reconocible. Sus argumentos son generalmente trágicos, repletos de personajes tristes y de vampiras. Muchas vampiras. Un cine de terror erótico y poético, con matices surrealistas y expresionistas en el que los silencios representan un papel muy importante.

Lèvres de sang” es quizá una de las películas más académicas de este amante del cine de Luis Buñuel. Una cinta no tan delirante como las que había dirigido con anterioridad dentro del género, no tan psicodélica y sí más racional a la par que melancólica. En algunos momentos me recuerda al Bava de “Operazione Paura”. Posiblemente esta sea la película ideal para adentrarse en el personal universo de su director.

El argumento gira alrededor de la figura de Frédéric (J-L. Philippe), que mientras se encuentra en un cóctel con su madre ve un póster con unas ruinas que le dejan una sensanción de déjà vu. Frédéric ha olvidado gran parte de su infancia y tiene la certeza de que las ruinas de ese viejo castillo tienen algo que ver con ella. Él ha estado allí con anterioridad, sin duda. Entonces recuerda que cuando era un niño pasó una noche en ese castillo en compañía de una bella joven vestida de blanco (la fascinante Annie Brilland a la que quiero dedicar un post, ya que los avatares de su vida bien lo merecen) de la que se enamoró. Nuestro protagonista realiza pesquisas con el fin de averiguar donde se encuentran los restos del castillo, pero parece que no encuentra ayuda por ninguna parte. Es más, alguien se cuida muy mucho de ocultárselo. Por supuesto, al final dará con la joven, que evidentemente es una vampira, pero que además es su hermana.

Una bella historia de amour fou escrita entre el realizador y el protagonista principal en la que Frédéric, como Alicia, entra dentro de un espejo desconocido por él, pero en el que es finalmente aceptado. Todas las obsesiones de Rollin se encuentran aquí: la familia castradora (la madre –N. Perrey- le pide a Frédéric que le traiga la cabeza de su amada), los recuerdos de la niñez, la historia de amor apasionado, vampiras entre gasas…

Por supuesto, el reparto femenino es delicioso, y en él encontramos a las gemelas Castel, habituales en el cine de Rollin.

De gran belleza formal, como suele ser habitual en Rollin, también hay que reprocharle algún pero. Por ejemplo, la escena que ocurre en el metro, que resulta demasiado forzada y ridícula. Pero finalmente vencen los elementos positivos: la riqueza cromática de la fotografía, deudora de la obra de Max Ernst, así como la acertada elección de escenarios, hacen de “Lèvres de sang” una experiencia fascinante, en la que cada imagen es un símbolo (la virgen decapitada).

El final liberador se aparta formalmente del resto de la película, pero hay que recordar que Frédéric ya está en otra dimensión. Además, es la escena favorita de Rollin.

Calificación: 7 sobre 10.

¿SABÍAS QUE…?

Se hizo un remontaje “hardcore” al que se tituló “Suce-moi, vampire”. Y es que en el reparto encontramos varios nombres nada ajenos al cine X, como los de Claudine Beccarie, Béatrice Harnois y Sylvia Bourdon, entre otros.

El bajo presupuesto y problemas con los productores impidieron que se rodaran varias escenas más que figuraban en el guión.

El papel de Frédéric niño es interpretado por Serge Rollin, hijo del realizador.

El protagonista entra en un cine donde se proyecta "La vampire nue", del propio Rollin.

Por último, decir que he traducido los subtítulos de la película al castellano y los podéis encontrar aquí.

Un cine que apenas necesita diálogos.

jueves, 9 de agosto de 2007

LA NOCHE, EL SILENCIO. NECROLÓGICAS JULIO 2007.


Sin duda, el día 30 julio el cine perdió mucho. Perdió a dos hombres que todavía estaban en activo y pese a ello ya formaban parte de la Historia, con mayúscula, del Cine. Con pocas horas de diferencia nos abandonaban los realizadores Michelangelo Antonioni e Ingmar Bergman. Poco o más bien nada puedo añadir sobre ellos que no nos lo hayan explicado una y otra vez los medios de comunicación, por lo que pasaré a enumerar otras defunciones que han pasado más inadvertidas. Personalmente, me emocionaba más Bergman que Antonioni, aunque su “Blow up” es una estupenda película, amén de haber influido en buen grado al “giallo” italiano.

Este mes también han fallecido:

2 de julio.


Moe di Sesso: Seguro que es un nombre que no os dice nada, pero su labor, en una profesión tan oscura como es la de adiestrador de animales, hizo posible maravillas como “El cuervo” (Roger Corman, 1963), “La revolución de las ratas” (Daniel Mann, 1971) o “Devil dog: The hound of hell” (Curtis Harrington, 1978).






5 de julio.

Kerwin Matthews: Este actor nacido en Seattle se hizo famoso a partir de interpretar el papel principal de la película “Simbad y la princesa” (Nathan Juran, 1958). Su nombre se haría popular en títulos fantásticos dirigidos a toda la familia como “Los viajes de Gulliver” (Jack Sher, 1959) o “Jack the giant killer” (Nathan Juran, 1962), siempre rodadas en el Reino Unido. También participó en “Maniac” (Michael Carreras, 1963), “Battle beneath the Earth” (Montgomery Tully, 1967) y “Octoman” (Harry Essex, 1971). Su último filme fue “Nightmare in blood” (John Stanley, 1978).


12 de julio.

Jim Mitchell: Junto con su hermano Artie (en la foto sonriendo, mientras Jim muestra una mirada aviesa), uno de los responsables de “Tras la puerta verde” (1972), título fundamental dentro del cine pornográfico, protagonizado por Marilyn Chambers. En 1991 dio muerte a su hermano de un tiro, por lo que estuvo confinado en la prisión de San Quintín hasta 1997. Uno de los pioneros del “hardcore”, aunque no tuvo continuidad. En 2000, Emilio Estévez dirigió “Rated X”, basándose en las vidas de ambos hermanos. Además, se reservó el papel del bueno de Jim.


15 de julio.

Richard Franklin: Realizador, productor y guionista australiano que se dio a conocer internacionalmente con su cuarta película, “Patrick” (1978), con la que ganó el premio al mejor director en el Festival de Sitges. El éxito de esta, por otra parte, bastante mediocre cinta, lo llevó a Hollywood, donde fue el encargado de poner en imágenes las nuevas correrías de Norman Bates en la interesante “Psicosis 2ª parte – El regreso de Norman” (1983). También dirigió “Link” (1986) y “FX2” (1991). Su última película fue la desconcertante “Visitors” (2003), con Radha Mitchell. En la foto aparece con John Ford.

Kieron Moore: A este actor irlandés lo recordamos en títulos como “Doctor Blood’s coffin” (Sidney J. Furie, 1961), en la que interpretaba a un “mad doctor”o en la estupenda “The day of the triffids” (Steve Sekely, 1962). Simultaneó cine y televisión y se le pudo ver en “Hacia el fin del mundo” (Andrew Marton, 1965) y “Arabesco” (Stanley Donen, 1965), entre muchas otras. En 1974, tras tres décadas de trabajo delante de las cámaras, se retiró este gran característico.





20 de julio.

Achille Manzotti: Productor lombardo volcado principalmente en un cine popular y sin pretensiones, aunque también fue el responsable de un par de películas de Marco Ferreri: “Historia de Piera” (1983) y “El futuro es mujer” (1984). El aficionado al fantástico le debe títulos como “Sotto il vestito niente” (Carlo Vanzina, 1985) y su secuela “Demasiado bellas para morir” (Dario Piana, 1988), la extrañísima “La visione del Sabba” (Marco Bellocchio, 1988), con una impresionante Béatrice Dalle o ese homenaje a Poe que es “Los ojos del diablo" (George A. Romero y Dario Argento, 1990).

21 de julio.

László Kovács: Prestigioso director de fotografía húngaro emigrado a Estados Unidos por razones políticas. Debutó en la descacharrante “The incredible strange creatures who stopped living and became mixed-up zombies” (Ray Dennis Steckler, 1964), con el seudónimo de Larry Kovacs. Durante esos años intervino en gran cantidad de “nudies” y películas de terror de ínfimo presupuesto. Su primera película importante fue “Easy rider” (Dennis Hopper, 1969). Ese mismo año trabajó para Robert Altman y Al adamson (!). Con el paso de los años, su nombre adquiriría posición y se hizo habitual en las películas de Peter Bogdanovich. Fue el responsable de “Shampoo” (Hal Sabih, 1975), “New York, New York” (Martin Scorsese, 1977), “Los cazafantasmas” (Ivan Reitman, 1984) y “La boda de mi mejor amigo” (P.J. Hogan, 1997), entre otras.

22 de julio.

Ulrich Mühe: Un cáncer de estómago ha terminado con la carrera de este actor alemán que debutara en 1983. Un rostro muy conocido en su país, se estaba dando a conocer internacionalmente gracias a su estupendo trabajo en la no menos estupenda “La vida de los otros” (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006), que le había reportado numerosos galardones. También participó en “Amén” (Costa-Gavras, 2002) y en las desasosegadoras “El vídeo de Benny” y “Funny games” (1997), ambas a las órdenes de Michael Haneke.





23 de julio.

George Tabori: Este escritor húngaro de origen judío tuvo que escapar de Alemania, donde su padre murió en el campo de concentración de Auschwitz. Numerosas obras suyas se han visto trasladadas a la pantalla grande, como es el caso de “Crisis” (Richard Brooks, 1950) y “Leo el último” (John Boorman, 1970). Él mismo se haría cargo de los guiones de “Yo confieso” (Alfred Hitchcock, 1953) y “Rojo atardecer” (Anatole Litvak, 1959). En uno de sus pocos trabajos como director, en 1994 puso en imágenes el “Mi lucha” de Adolf Hitler. Estuvo casado con la actriz Viveca Lindfors.





27 de julio.

William Tuttle: Si existió un maquillador famoso en el Hollywood clásico ese fue William Tuttle. Su excepcional trabajo a lo largo de más de trescientas películas es todo un referente para los artistas del maquillaje de hoy en día, junto con el de Jack Pierce. Trabajó en filmes como “El tiempo en sus manos” (George Pal, 1960), “El jovencito Frankenstein" (Mel Brooks, 1974), “La fuga de Logan” (Michael Anderson, 1976) y “La furia” (Brian de Palma, 1978). En 1965 recibió un “Oscar” honorífico por su trabajo en “7 faces of Dr. Lao” (George Pal).




29 de julio.

Michel Serrault: Uno de los nombres sagrados del cine francés. Este versátil actor ya figuraba en el plantel de “Las diabólicas” (Henri-Georges Cluzot, 1955). Se especializó en un cine popular, por lo que los realizadores de la “Nouvelle Vague” no contrataron sus servicios. A pesar de ello, su nombre es hoy respetado como pocos en el cine galo. Ganó tres veces el “César” al mejor actor por “Vicios pequeños” (Edouard Molinaro, 1978), “Garde à vue” (Claude Miller, 1981) y “Nelly y el Sr. Arnaud” (Claude Sautet, 1995).